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Quién Establece, Quién Dicta la Validez del Término Estatus Político

Updated: Apr 3, 2021

Honestidad para respetar esa validez es lo

que no ha existido. Congresistas Grijalva, Velázquez, Ocasio, de eso se trata,

veámoslo.


Entendemos por estatus políticos los acuerdos, normas y procedimientos con bases legales y constitucionales que establecen los derechos y los deberes entre gobernantes y gobernados. Bajo estos acuerdos se establecen las jurisdicciones, las islas y países, que habitan diversos grupos étnicos. Usualmente dominados por caciques, reyes, emperadores – gobernantes – los llamados países libres, determinan su estatus político.


Hasta que otro más fuerte los invade, los esclaviza, los coloniza. Este ha sido el caso de Haití cuando el pueblo se levanta contra Duvalier o el de Santo Domingo después de la muerte de Trujillo donde el ejército de los EE UU se queda 6 meses y deja a su aliado, Balaguer, como presidente. Ese es el caso de Puerto Rico que al momento de ser invadido por los EE UU en 1898 había negociado con España un gobierno autonómico como provincia de ultramar. De esta y muchas otras maneras los más fuertes intervienen en el estatus político de los pueblos que se consideraban libres para determinar su destino. En siglos anteriores lo mismo hicieron España, Francia, Inglaterra y Rusia tanto en América como en África y Asia. Vemos entonces que el estatus que los pueblos libres negocian con sus gobernantes no recibe mucho respeto de las potencias que los invaden y los colonizan.


De ahí la importancia del Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuyo objetivo es promover la autonomía y el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos colonizados. Ante el pleno de ese comité, el representante oficial de los EE UU presenta en una resolución el gobierno en asociación – Estado Libre Asociado – como descolonización de Puerto Rico. Bajo ese convenio ambos pueblos comparten ciudadanía, moneda, defensa y se establece en la isla un gobierno democrático con el pueblo puertorriqueño eligiendo su gobernador cada cuatro años según aprobado por la Legislatura de PR, el Congreso de los EE UU y ratificado por dicho comité. Ninguna parte puede cambiar unilateralmente el pacto. Cualquier cambio debe ser el resultado de consultas y negociaciones entre ambos pueblos. Hasta el momento el pueblo puertorriqueño no ha negociado cambios a este acuerdo.


Por esta razón el Estado Libre Asociado (Commonwealth) de PR según establecido por mutuo acuerdo con los EE UU es el estatus vigente en la isla tal y como lo ratificara el Comité de Descolonización de la ONU en 1952. Recientes decisiones de la Corte Suprema de los EE UU, sin embargo, califican unilateralmente a Puerto Rico como un ‘territorio no incorporado.’ Esto claramente contradice lo que el representante de los EE UU declaró en la ONU: que Puerto Rico no es una colonia.


Es imperativo entonces que se vuelva a presentar el caso de Puerto Rico ante la ONU así como en otros foros para aclarar si la isla es o no es una colonia. Eso es lo primero. Lo segundo es entender que los recientes plebiscitos, referendos sobre el estatus no tienen credibilidad ni en la isla ni afuera. Las alternativas claramente favorecían la anexión con los EE UU. El pueblo puertorriqueño no los respaldó lo que explica que tan pocos se molestaran en participar. Algo parecido ha pasado con las elecciones, tanto al nivel isla como municipal. Innumerables han sido las irregularidades y tan baja la participación que los gobernadores electos recibieron menos del 50% de los votos que se pudieron verificar y contar.


La reforma electoral aprobada a la carrera y sin mucha reflexión por la legislatura insular recientemente promovió aún mayores irregularidades en las elecciones del 2020. Muchos de los funcionarios ‘electos’ no han sido ratificados y muchos de los que se ratificaron han sido impugnados en las cortes. Todo esto al mismo tiempo que el gobierno federal investiga casos de corrupción en la legislatura así como en el gobierno de la isla. No hay duda de que los puertorriqueños están sumamente insatisfechos con esta situación. Lo que nos lleva al tercero y más importante de nuestros reclamos.


Congresistas Grijalva, Velázquez y Ocasio: ¿somos o no somos gobernados por mutuo acuerdo por consenso – o somos gobernados por el más fuerte? Parece que el nombre Estado Libre Asociado – a la luz de todos los eventos aquí descritos – sencillamente es inadecuado. Si somos un ‘territorio no incorporado’ no somos un ‘Estado.’ Si la Corte Suprema de los EE UU puede dirimir unilateralmente que lo somos, entonces la isla no es ‘Libre.’ Si los EE UU puede considerar que sería en su beneficio vendernos a otra potencia o intercambiarnos por otra posesión, claramente el acuerdo negociado en 1952 no podría calificarse de ‘Asociado.’ Aunque ASOCIACION fue el pacto apoyado por los votos del pueblo puertorriqueño y aprobado por el Congreso de los EE UU. Esa ASOCIACION ha sido de gran beneficio para ambos pueblos.


El Honorable William Miranda Marín – fenecido alcalde de mi pueblo, Caguas – demandó en vistas públicas ante el Congreso de los EE UU que no se le decepcionara y no se le indujera a arrepentirse de llamarse con orgullo un ciudadano americano y haber dedicado gran parte de su vida al servicio militar. William Miranda Marín (como el que escribe) llamaba a Puerto Rico un pueblo soberano en asociación con otro pueblo soberano, los Estados Unidos de América. Como insobornable soldado e incansable defensor de su gente dio la buena batalla en vida. Ahora nos toca determinar si tenía la razón cuando se refería a nuestra relación como una ASOCIACION entre pueblos soberanos y libres. Nos toca determinar si el respeto es mutuo entre nuestros pueblos. Debemos sentarnos a negociar los cambios necesarios para que nuestra ASOCIACION siga siendo fructífera para ambos pueblos. Quizás deberíamos negociar una Asociación de Estados Soberanos que nos permita crecer y evolucionar hacia nuevas auroras – mejores mañanas.



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